Mentes en Forma II “Como Aniquilar tus Vicios y Adquirir un Nuevo Hábito”

Es verdad. Para conseguir grandes cambios hay que empezar por pequeñas acciones.

Tu y Tu Mente treneis un gran Potencial

¿Necesitas cambiar o modificar algo en tu vida? Estudios, deporte, pensamientos..

Querer adquirir nuevos hábitos positivos y enriquecedores…es un buen comienzo. ¿Por qué? Sencillamente porque requieren constancia, obligan a tener disciplina y enseñan que el esfuerzo tiene por resultado no sólo la satisfacción del objetivo conseguido (que ya es bastante), si no que, además, son una inyección de motivación para alcanzar todas las metas que nos propongamos, sean estas pequeñas o grandes. Aprende a retarte, utiliza tu Mente y tu Voz Interior para hacerlo…

Los hábitos no son innatos, los podemos crear o incluso modificar aquellos que ya tenemos, que son negativos, que nos perjudican.

Sí, cuando no contribuyen al proceso de crecimiento personal debemos pasar a catalogarlos como vicios.

En este sentido se comportan como agentes perturbadores, como hormigas mentales que pueden llegar a frenar nuestra plena realización o a deteriorar nuestra autoestima. Por ejemplo, el comer en exceso, beber o fumar demasiado, pensar negativamente sobre nosotros mismos o evitar el esfuerzo, entre otras cosas….

Es importante recalcar que se necesitan tan sólo 21 días para fijar un nuevo hábito, aunque es la repetición de la acción lo que realmente hace que se consolide, es decir, el que consigamos automatizarla. Así que podríamos afirmar que el reto no es largo, aunque requiere persistencia.

Como propuesta, una lista de acciones para ponerse en marcha:

1. Fijarse un objetivo claro, una meta. Es preciso visualizar y utilizar nuestra voz interior de lo que queremos lograr, el propósito: mejorar nuestra salud, ponernos en forma o aprender un idioma para comunicarnos correctamente en un país extranjero o en una reunión de trabajo. Para empezar, el nuevo hábito no tiene porque ser algo complicado. No se trata de construir una pirámide. Al hilo de lo que mencionábamos anteriormente, los ejemplos podrían ser: tomar un vaso de agua fresca al levantarse, hacer 20 minutos (o más) de ejercicio diario, estudiar o practicar un idioma durante una hora al día…

2. Crear un “mecanismo de compromiso”, algo que nos obligue a cumplir ese reto autoimpuesto y que derrote al principal enemigo: aquella resistencia interna a emprender algo nuevo o modificar una conducta en la que nos sentimos cómodos, pero que no nos favorece. Una idea para lograrlo es hacerlo público a familiares o amigos, personas a las que nos de vergüenza si tenemos que admitir que no estamos haciendo los deberes que nos habíamos fijado.

3. Destinar una hora en la rutina para la nueva actividad de modo que no haya disculpas de ‘falta de tiempo’ para no realizarlo. Un aspecto que obliga a la organización.

4. Definir los recursos que necesitas para establecer el nuevo hábito (una esterilla, equipo para hacer ejercicio o la inscripción a un gimnasio; libros y fichas para estudiar, etc.)

5. No te dejes desanimar, se paciente. Tenemos la capacidad para autocargar las baterías y no desistir, sólo es cuestión de activarla, así que no te olvides cada día de felicitarte por los logros diarios, sin caer en la indulgencia. No te castigues o juzgues, mejor prométete que al día siguiente lo harás aún mejor. Esfuérzate.

6. Agradece todos los días por lo que has podido vivir y busca qué enseñanza te puede dejar lo que no haya salido bien.

7. Cuando hayas hecho de tu nuevo hábito una costumbre prémiate, dí que te lo mereces! Y vuelve a empezar con un nuevo propósito, recuerda que estamos hechos para el crecimiento constante e ilimitado.

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